La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
sanciona con fuerza de Ley
Artículo 1º.- Institúyese el día 19 de noviembre de cada año como el "Día del Río de la Plata".
Artículo 2°.- El Poder Ejecutivo organizará todos los años en esa fecha diferentes actividades en conmemoración del aniversario de la firma del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo entre la República Argentina y la República Oriental del Uruguay.
Artículo 3°.- Los gastos que se deriven de la organización de las actividades del artículo precedente, serán devengados de la partida presupuestaria correspondiente.
Por Gustavo Márquez El conflicto con Uruguay por el control ambiental de la pastera UPM-Botnia; las travesuras jurídicas de los gobernadores de provincias mineras como San Juan que harán todo lo posible para impedir la plena vigencia de la Ley de Protección de Glaciares y la situación de la basura en los cordones urbanos más densamente poblados del país como Buenos Aires y el Conurbano Bonaerense, Córdoba, Mar del Plata y otro puñado de grandes ciudades argentinas, son las mayores hipótesis de conflicto que los estrategas de campaña debieran evaluar para las presidenciales de 2011. Basta mirar los alrededores de la Argentina de hoy, para darse cuenta de que la actividad política registra con mayor contundencia cada día, el ondulante corcoveo de los conflictos ambientales. No es casual que uno de los tantos encuentros para reflexionar sobre el Área Metropolitana de Buenos Aires, anuncie la presencia de Antanas Mockus, el candidato presidencial de los verdes colombianos en las últimas elecciones, quien será entrevistado en un reportaje público por Eduardo Anguita, el director del diario Tiempo Argentino. Aún resuenan en Brasil, los comentarios que mereciera de parte de los analistas más variados, la sorprendente performance del Partido Verde en la primera vuelta de las presidenciales del país verdeamarelho, donde Marina Silva la compañera de ruta del legendario Chico Mendes, se erigió en árbitro entre las dos grandes fuerzas políticas mayoritarias de nuestro vecino. El propio Presidente de Chile, Sebastián Piñera, estuvo más que rápido de reflejos cuando se montó en la incubación de una nueva catástrofe ambiental con 33 mineros en riesgo de muerte, para apostar fuerte y salir fortalecido, luego de soportar las consecuencias de otro empellón de la naturaleza: el terremoto de Arequipa que a comienzos de año se llevó la vida y los bienes de varios centenares de chilenos, exponiendo a la luz algunos datos aún intactos del viejo Chile de las dos clases sociales. En un sentido o en otro la agenda política tradicional, esa en la que el agua potable, la basura, la minería, las inundaciones, y algunos etcéteras, eran temas de la OBRA PÚBLICA, debe admitir ahora que el paradigma ha cambiado y deberán seguramente acostumbrarse los decisores públicos (desde la Presidencia hasta la última de las intendencias), a que la agenda ambiental llegó para quedarse y ya no es privativa de cuatro iluminados recién llegados de una cumbre de Naciones Unidas. EL DEBATE DE SIEMPRE: QUE HAY DETRÁS DE LO AMBIENTAL Luego de la Cumbre de Río 92, donde nace el concepto de Desarrollo Sustentable, el ecologismo y el ambientalismo fueron estigmatizados por la gran mayoría de la izquierda latinoamericana, como un nuevo Caballo de Troya que los países desarrollados ponían en el debate, para distraer a la comunidad internacional de los viejos temas de la agenda social, económica y política. “quieren hacernos creer que debemos cuidar los pajaritos y las flores, mientras ellos siguen depredando en nuestras narices. Después nos pondrán ecobarreras para que nuestros productos no entren en sus mercados pero sí los de ellos en los nuestros, dado que seguramente traerán alguna etiqueta verde que le da confianza a nuestros consumidores”, supo decirme en un congreso en Río de Janeiro un colega carioca. El rol del sistema amazónico como equilibrador térmico y pulmón que absorbe los gases responsables del cambio climático, fue eje de una controversia que llega hasta hoy, pero con un dato de la realidad del cual Marina Silva es un testimonio vivo, porque el discurso de la izquierda fue mutando de aquel escepticismo sobre la utopía ambiental como cortina de humo, a este modelo 2010 con lo ambiental como el principal eje para ponerle límites a la ambición desenfrenada de las empresas: ahí encaja como traje a medida el eje del conflicto con las mineras y con UPM-Botnia, dos de los grandes temas de la agenda política argentina de hoy.
LA COMUNICACIÓN ESA CLAVE Desde una perspectiva comunicacional, los conflictos por UPM-Botnia y por las mineras, recortan una identidad fácil de poner en el afuera de la cadena de valor del sistema político, basta que la presión social aumente, para que en orden proporcional a ello el estado tenga la potestad de correrse del centro de la escena y dejar al actor empresa como el demonio de la historia. Lo demás puede corregirse rápidamente para que los conflictos menores que orbitan en torno al principal, encuentren su sincronía rápidamente. En el caso de la pastera finlandesa, el gobierno podría apelar a un plan B que fuese corriendo a Uruguay como contraparte, para situar a UPM-Botnia como blanco del encono público, sabiendo incluso que hay en la misma opinión pública uruguaya algunas grietas por donde filtrar discursos que hagan rever al pueblo oriental su posición de “tolerancia ante una contaminación de pequeña escala”. Si las fotos de las que se habló tanto últimamente existen y el líquido que vuelca la planta de tratamiento de la pastera de Fray Bentos, tiene los colores y sobre todo el tenor químico del que también tanto se ha comentado, el eje Argentina-Uruguay-La Haya podría ser reemplazado por otro del tipo: redes sociales rioplatenses-redes sociales europeas-redes sociales globales. Un mix comunicacional con nuevas herramientas funcionando, para saltar los cercos informativos clientelísticos de la Comunicación Hegemónica. El propio canciller argentino Héctor Timerman, tuvo un bautismo de fuego con estos nuevos canales directos de comunicación cuando tras su primera reunión con los asambleístas de Gualeguaychú, salió rápidamente a tweetear rompiendo el cerco informativo de los medios de comunicación tradicionales. Con esa medida se consiguió una carambola a dos bandas: romper el cerco de algunos medios argentinos que venían fogoneando una discreta operación para correr el eje discursivo hacia el pesimismo y desactivar también una fuerte acción promovida por voceros de la pastera que están acostumbrados a manipular a los medios uruguayos, sabiendo que eso rebota en el acto en esos mismos medios argentinos referidos antes. Próximas notas: LA BASURA; El factor oriental: China e India
Como una carambola de varias bandas (más de cuatro, seguro), la gestión de los residuos sólidos urbanos continúa acorralando a gobiernos sin distinción de signo político, ubicación geográfica o tamaño de ciudades. Veamos el panorama de lo que se conoce en superficie:
Ciudad de Buenos Aires. La administración Macri recién podría poner en marcha en su último año de gestión (2011) el nuevo sistema de recolección de Residuos Sólidos Urbanos. Siempre y cuando, claro, el engranaje no se detenga a causa de las objeciones de algunos legisladores de la oposición. Esta vez Mauricio Macri no podrá echarle la culpa los Kirchner ya que se trata de dirigentes como el caso de Adrián Pérez, legislador de la Coalición Cívica, quien junto a representantes de distintas ong´s, se preparan para impugnar el llamado a licitación formulado por el gobierno porteño. Están en juego 1.400 millones de pesos de presupuesto, en un sector donde existe una legislación de avanzada (la llamada Ley de Basura Cero), sancionada durante la gestión de Jorge Telerman, a la cual boicoteó sistemáticamente el gobierno del PRO, para ahora volver sobre sus pasos y contemplar al reciclaje como el principal sostén del nuevo sistema que se impulsa. Ni antes ni ahora (por más cortos publicitarios que se proyecten en cines y la TV, la ciudadanía porteña (donde existe la oferta informativa más voluminosa de la Argentina), está debidamente informada sobre el tema. ¿Qué dirá Jaime Durán Barba, al respecto?
Ciudad de la Plata. El gobierno platense envió a la Legislatura local los pliegos del llamado a licitación internacional para el diseño y ejecución de un innovador Sistema de Gestión Integral de los RSU, que incluye presupuestos de basura cero y la determinación de un sitio donde efectuar la disposición final minimizada. En buen romance La Plata rompe con el CEAMSE y este es el principal dato novedoso. La filosofía del modelo platense, deja en manos de la creatividad de los oferentes el diseño de una propuesta de Gestión de los Residuos, que si bien está acotada en los términos del pliego, no deja tranquilos a quienes desde la oposición afirman que el Ejecutivo municipal se reserva facultades discrecionales de selección, que se filtran en el texto del pliego. Aquí no está dicha la última palabra
Provincia de Córdoba (Ciudad de Córdoba, Ciudad de Villa María y Ciudad de Río Cuarto) El intendente de Córdoba, Juan Carlos Giacomino y su Secretario de Medio Ambiente, Fernando Cámara, se encuentran por estas horas en EE.UU, invitados por la firma Inviron para visitar rellenos sanitarios con generación de bíogas, operados por dicha empresa americana. El objetivo es el de relevar los antecedentes para un proyecto a impulsar en la ciudad capital de la provincia mediterránea, a cargo de Inviron que fue la única empresa que se presentó a la licitación. Tanto los legisladores opositores, como influyentes formadores de opinión (La Voz del Interior y Cadena 3), impugnan los pretendidos antecedentes de Inviron para encarar un proyecto similar en Córdoba. El viajea EE.UU es determinante para las autoridades de la comuna cordobesa, para proseguir o no con la adjudicación a Inviron.
En Villa María, Inviron opera desde el pasado mes de junio el vertedero donde se depositan los RSU de esa ciudad. Según un informe publicado hoy en La Voz del Interior, bajo la firma de Julio Perotti, Tres auditorías hizo la Secretaría de Ambiente de la Provincia sobre el predio que desde junio opera Innviron en Villa María.Dieron como resultado "un notorio incremento de falencias, algunas de ellas graves", en relación con el tratamiento de residuos. En el informe se mencionan residuos patógenos dispersos, falta de enterramiento, voladura de desechos a campos lindantes y gran cantidad de animales sueltos."Es uno de los peores operados de la provincia, cuando tiempo atrás estaba dentro de los mejores", señaló Raúl Costa, secretario de Ambiente de la Provincia de Córdoba
La basura es el mayor desafío de la gestión ambiental urbana en la Argentina contemporánea. Ya no se trata de la saga de los Soprano, una de las series más populares de la tv americana de principios de esta década, donde una familia mafiosa se lanza a nuevas actividades ilegales, a partir de controlar el negocio de la basura. Sólo en la ficción puede ocurrir que el hijo de un mafioso se revele contra sus ancestros y termine comprobando que solo tendrá futuro si profundiza el legado de la familia.
Qué hacer con la basura, es la pregunta que atormenta a gobernadores, intendentes, funcionarios locales y vecinos de los más diversos puntos geográficos del país, ya sea de Buenos Aires y su área metropolitana (la región más poblada del país), la Patagonia (la menos poblada de la Argentina), Mar del Plata e incluso las principales ciudades de la provincia de Córdoba. En la vereda de enfrente hay una menos numerosa fila de actores que no ven a la basura como un problema sino como una oportunidad enorme de hacer negocios, vender tecnologías, ofertar servicios de consultoría y sumar antecedentes para expandirse a otros mercados. Mientras los primeros (sobre todo los decisores públicos), se sienten acorralados ante situaciones inminentes de colapso, los segundos (que ven esta misma película con los ojos de un empresario), confían a ciegas en que las tecnologías solucionarán todos los problemas. Un común denominador de funcionarios y empresarios es que recurren a la comunicación cuando ya es tarde para hacerlo. En el medio hay un gran océano en el que transitan ciudadanos que no han pisado nunca un relleno sanitario, no conocen ni en fotos una planta de tratamiento de residuos, que perfeccionan a diario la cultura del esconder bajo la alfombra y tirar los residuos lo más lejos posible de su radio de acción. Esos ciudadanos que consagraron planetariamente el hallazgo más festejado en presentaciones de basurólogos y demás componentes de esa cadena de valor que es la Gestión Integral de los Residuos: el efecto NIMBY (Not in my back yard, no en mi patio trasero). NADIE QUIERE LA BASURA EN EL PATIO DE SU CASA. En Córdoba se tocaron las dos puntas del proceso: mientras los vecinos de Bower, localidad a dónde se llevaron los residuos de Córdoba Capital por años y años, lograron ponerle una fecha de cierre a ese relleno sanitario, muy cerca de allí y ante el anuncio de un nuevo sitio de disposición final con recuperación y generación de bíogas, los vecinos de Toledo se niegan a la instalación de un nuevo relleno sanitario para dar tratamiento final a esos residuos. En los sitios web de los medios locales puede hacerse un seguimiento preciso de este conflicto que tiene contra las cuerdas a un intendente maltratado por algunos vecinos en una audiencia pública. El conflicto, abarca también a una empresa estadounidense (Inviron) que está empantanada y con los mismos comportamientos de un novato atascado en el barro: cree que saldrá de la situación apretando el acelerador y sólo logra hundirse más. El episodio Inviron-Córdoba, puede ser un caso de estudio sobre todo lo que no debe hacerse en materia de comunicación ambiental e institucional y encima, exhibe dos grandes luces rojas: para las autoridades locales, hay una cuenta regresiva que marca que a nueve meses vista no hay identificado un lugar donde llevar los residuos de Córdoba Capital; para los vecinos la certeza de que algo va a pasar y lo único que quieren es que eso que pase,ocurra lo más lejos posible de sus hogares. Esta situación tan crudamente expuesta es la que se registra también en cualquier ciudad del país y los matices tienen que ver en todo caso con el poder de fuego mediático que cada región tenga. Si lo de Bower y Toledo hubiese ocurrido en el corredor de fuego del turismo de fin de semana largo (Ruta 2 a la Costa por ejemplo), esta noticia hubiese escalado ya a la tapa de los grandes medios nacionales. El problema es el mismo y está magníficamente plasmado por ejemplo, en las crónicas del colega Diego Marconetti de La Voz del Interior digital (*).
Finalmente, ¿cuál es la lección que deben extraer de todo esto, cada uno de los actores involucrados en un escenario donde “todos pierden”, para generar las condiciones objetivas de un escenario donde “todos ganen”?
Los decisores públicos, deben aceptar que intervienen sobre un tema de máxima sensibilidad social que afectaa un conjunto de variables que oscilan entre la salud pública, la calidad del aire, el suelo y el agua y la valuación de los inmuebles ubicados en las zonas aledañas a los sitios de tratamiento y disposición final de los residuos.
Los empresarios proveedores de bienes y servicios, deben entender que la tecnología (por probada y eficiente que se precie), es un conjunto de instrumentos y procedimientos muertos, si no se hacen conocer a la gente de una manera oportuna es decir en el momento justo, ni antes ni después.
Los ciudadanos, deben correrse del lugar de rehenes y evitar los prejuicios a través de expertos que le garanticen el suministro de información confiable, comprendiendo que son parte del problema y también de la solución al mismo.
Mientras, el mundo sigue girando y en tanto la sensatez vuelva a recuperar su lugar (como lo exhibe por estas horas el Caso Gualeguaychú), los periodistas debemos asumir también nuestro rol responsablemente y no inducir a soluciones idílicas. No existe el impacto cero y la gente debe saberlo, de allí a la grosería y a la imprevisión que siempre terminan con las peores consecuencias, sobre todo para los más humildes, hay una gran distancia. La misma que media entre tener una estrategia basada en la sustentabilidad y la nada, es decir lo actual.
(*)Se perdió tiempo en un debate estéril
Se invirtió el orden de la discusión: antes de conocer de manera acabada el proceso que Innviron proponía, la polémica se enfocó sobre dónde se iba a radicar la planta.
Diego Marconetti.www.lavozdelinterior.com.ar
Sobre el futuro de la basura en Córdoba, se invirtió el orden de la discusión: antes de conocer de manera acabada el proceso que Innviron proponía para generar electricidad a partir de la gasificación de los desechos, la polémica se enfocó sobre dónde se iba a radicar la planta.
Eso produjo que el debate, que ya lleva varios capítulos con idas y vueltas, condujera siempre a un punto muerto.
El punto es, justamente, la falta de información para fundamentar las posiciones en conflicto. ¿Cómo se puede estar a favor o en contra de algo que ni siquiera se conoce?
Esa situación, propiciada por errores conjuntos de los responsables de Crese y de la Municipalidad de Córdoba, sólo sirvió para que se perdiera un precioso tiempo, para que se corriera el foco de lo que se debería debatir en profundidad. Sobre lo que se debería haber debatido desde el primer momento es si el proceso propuesto por Innviron es conveniente, si es seguro desde el punto de vista ambiental, si la empresa tiene la capacidad y los conocimientos para ponerlo en marcha de manera responsable.
En ese sentido, la ubicación de la planta de Innviron pasa a un segundo plano, ya que si se hubiera aclarado lo anterior, no hubiesen hecho falta tantas idas y vueltas al respecto.
El error sólo provoca una pérdida de valioso tiempo, ya que en la zona sur los vecinos tachan los días que restan para clausurar el relleno provisorio de la ruta 36. La fecha límite es abril de 2011, por lo que quedan sólo nueve meses en los que ya se deberá tener un sistema alternativo en funcionamiento
Fotos: Gentileza de La Voz del Interior
La irrupción de la bandera brasileña sobre el Río Uruguay no podía ser gratuita para algunos sectores y tal vez la primera cuota del pago de la factura, sea el Episodio Taiana. Para los diplomáticos argentinos y uruguayos la presencia de Brasil marcó siempre un límite común a ambos vecinos rioplatenses. Las causas son varias pero entre ellas hay una que tiene suficiente peso propio para dimensionar lo que hay en juego: el Río de la Plata. A fines de 1974 el Uruguay y la Argentina suscribieron el Tratado del Río de la Plata y casi un año más tarde, los mismos países signaron el Tratado del Río Uruguay. De esa forma quedaron resueltos en el marco del derecho internacional todos los diferendos limítrofes entre ambas naciones y además, se fijaban los marcos jurídicos para el uso de estos dos grandes recursos naturales compartidos. Tanto es así que de allí nacieron la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), la Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo (CTMFM)y la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), respectivamente. La historia no escrita de este proceso de normalización de las relaciones bilaterales argentino-uruguayas, dice que uno de los ejes utilizados por los diplomáticos más acuerdistas de ambas orillas, era el de considerar que cuanto antes se solucionaran los diferendos entre los hermanos rioplatenses, más lejos se estaría del escenario soñado por ciertos terceros en discordia como por ejemplo Inglaterra, que impulsaría por entonces la emergencia de Brasil como árbitro regional que dirimiera las diferencias entre Montevideo y Buenos Aires. La sucesión de acuerdos ocurridos entre 1974 y 1975, habría contribuido a desactivar la potencial presencia brasileña en la parte inferior de una cuenca como la del Río de la Plata, cuyas nacientes están en Brasil por si no se ha tomado nota.
Brasil hacete amigo
La región del cono sur americano ha cambiado, el Mercosur primero y la UNASUR después, marcan el perfil de los nuevos tiempos y parecen hoy lejanas aquellas épocas, donde Itamaraty pregonaba su tesis de las fronteras calientes y el resto de los países vecinos, observaban a Brasil como el futuro gendarme del continente. Lula no es Garrastazú Medici, pero tampoco el Pepe Mujica es Juan María Bordaberry, ni Cristina Fernández de Kirchner es Jorge Rafael Videla. Los ejes geopolíticos se han desplazado mucho más al sur del Río de la Plata y la gran cuenca petrolífera y gasífera de Malvinas es un factor clave para una estrategia común de argentinos y brasileños. En ese nuevo eje, el Reino Unido ya no tiene espacio para trazar alianzas con Brasil como en el anterior escenario en el que la riqueza pesquera del Río de la Plata podría ser un imán para inversores ingleses y brasileños. La gran pregunta es si ese verdadero estado dentro del estado que son los cuerpos consulares de las cancillerías, se ha adaptado a estos nuevos tiempos o si por ejemplo se seguirá prohibiendo en el Palacio San Martín, el uso de la palabra “estuario”, para referirse a la desembocadura del Río de la Plata y cerrarle así el paso a eventuales reclamos de terceras banderas sobre la zona de pesca del Frente Marítimo. Estuario podría ser sinónimo de aguas internacionales y en estas últimas cualquiera pesca. Si nos atenemos al episodio Taiana, algo parece indicar que el ex canciller argentino fue víctima de una operación en la que coincidieron en forma agazapada dos contraataques furiosos: el de la vieja guardia burocrática de Cancillería, que no soporta la presencia de Brasil como tercer actor en el conflicto con Botnia y el del Grupo Clarín, que logra bajarle un alfil a Cristina y Néstor Kirchner, justo en el momento en el que la política exterior argentina logra, con la ley en la mano y sin reprimir, destrabar un conflicto binacional que asomaba como una encerrona difícil de sortear . La pregunta que correspondería formularse es si Inglaterra y su petróleo manchado de sangre como el que flota frente a las aguas del Golfo de Méjico, no tienen nada que ver en esta travesura. En ese caso sería para poner al Nano y escuchar “Una de piratas”.
A nadie en su sano juicio se le ocurriría diseñar una casa en donde el inodoro se coloque al lado de la heladera, las camas en el baño de servicio y la cisterna para el agua potable al lado del pozo ciego. Sin embargo eso que no hacemos ni haríamos a nivel individual, sí lo hacemos a nivel social, a nivel país. Por eso el Río de la Plata es tanque de agua e inodoro para porteños y algunos bonaerenses, lo mismo que el Lago San Roque para la mitad de los cordobeses. Por ello también el basural donde deposita sus residuos la ciudad de San Martín de los Andes, está en pleno Parque Nacional Lanín y es … a cielo abierto, como ocurre con el 80 % de las ciudades del interior profundo de la Argentina, que depositan sus residuos a cielo abierto. Damas y caballeros, de eso trata el tema del ordenamiento territorial, que sin lugar a dudas y por si no queda claro, es el principal problema ambiental argentino. La carencia de un ordenamiento territorial adecuado es la matriz que parió a varios monstruos como la Cuenca Matanza Riachuelo, el CEAMSE, la cuenca del Reconquista (la segunda más contaminada del territorio bonaerense), y así podríamos enumerar un puñado de temas más que demuestran lo poco afectos que somos los argentinos a una de las prácticas más saludables que puede exhibir la maduración de una sociedad: la planificación. Buenos Aires, la ciudad con mayores recursos económicos y con indicadores que la sitúan en un mismo nivel con otras urbes del primer mundo, tiene un talón de Aquiles emblemático en este sentido: el Plan Urbano Ambiental. Pasaron gobiernos de distinto signo político por la capital de la Argentina, y ninguno de ellos logró lo que fuera el sueño más ambicioso de los constituyentes que crearan la Ciudad Autónoma que por si no se sabe, por ello tiene un Jefe de Gobierno y no un gobernador. Ese sueño era y es el de contar con un Plan Urbano Ambiental, que surgiera de un proceso de consulta y participación ciudadana a tono con una metrópolis con la realidad cultural de Buenos Aires y su enorme tradición política y social, de donde –por ejemplo- salió electo Alfredo Palacios el primer diputado socialista de América Latina.
CUANTO PEOR, MEJOR
Esta carencia de no medir las consecuencias por una una mala ubicación del inodoro, del tanque de agua y del tacho de la basura, fue pasando desapercibida para gran parte de la sociedad por una razón paradójica que podría sintetizarse en el “cuanto peor mejor”. Durante décadas y décadas el país no sólo no creció sino que retrocedió, lo que disimuló las carencias de la infraestructura. A partir de la recuperación económica sostenida registrada desde 2003 hacia aquí, el fenómeno de la contaminación volvió a asomarse a la agenda pública con datos novedosos como la fuerte presencia de restos de agroquímicos en los cursos de agua, fruto de los nuevos métodos de agricultura intensiva. La situación será “peor cuanto mejor” nos vaya y no solo a nivel de la actividad productiva sino también en la infraestructura urbana, donde la fuerte inversión en redes domiciliarias de agua potable no será un buen dato para la salud de la gente si ello no va acompañado con un comportamiento simétrico en redes cloacales y en la punta final de este proceso: las plantas depuradoras. Esto último no es una exquisitez técnica, es un dato de fuerte incidencia en la agenda pública de los últimos decenios: fue la no construcción de la famosa Planta Depuradora de Aguas Negras (palabras textuales del documento emitido por el Banco Mundial previo a la privatización de Obras Sanitarias, luego Aguas Argentinas y hoy AYSA), lo que hizo caer en incumplimiento a dicha concesión con los resultados de vuelta del sector a la órbita estatal. La falta de procesamiento a los líquidos cloacales vertidos en el Lago San Roque, fue lo que llevó a ese hermoso espejo de agua a su casi muerte biológica (hoy revertida con la solución de dicho problema). Son los desechos cloacales los que más han contribuido, junto a los industriales, en el deterioro de la cuenca Matanza Riachuelo y es el emisario Berazategui, con su impresionante cantidad de metros cúbicos de efluentes cloacales y otros el que más compromete la margen sur del Río de la Plata según informes ya citados en esta página sobre el estado de estrés ambiental que registra este curso binacional compartido con nuestros vecinos del Uruguay.
Sería necio no reconocer lo que se ha avanzado en la Argentina del último lustro en materia de agua potable y cloacas, pero los desafíos continúan a la vuelta de la esquina y siempre el patrón de comportamiento social será el mismo: qué visión de país tenemos a 30 y 50 años vista para entonces tener más claro que el inodoro debe estar en el baño, el tanque de agua a suficiente distancia del pozo ciego y la basura, separada, clasificada y disminuída en su volumen, pero nunca debajo de la alfombra.
Pasa el tiempo y la Cuenca Matanza Riachuelo (CMR), nos sigue observando acostumbrada a este diálogo de sordos. Esta sociedad en su conjunto y no solo sus dirigentes, sigue sin entender de qué trata la problemática ambiental en general y de la CMR en particular, como si fuese un trámite habitual que se resuelve con las habitualidades, o pensando que con discursos grandilocuentes basta, o dictando leyes o decretos, o creando organismos, o tantas otras habitualidades.
Algún funcionario pensó que en mil días podría resolver el problema, lo cual independientemente de lo simbólico, se trata de un mensaje a la sociedad que potencia el vaciamiento de contenido en relación a la complejidad y profundidad de la problemática. La sociedad discutió luego la banalidad de los mil días y su emisor, en lugar de tratar lo profundo. Se ignora también lo que significa que la contaminación en la CMR tenga una antigüedad de cuatrocientos años. Mientras tanto las soluciones basculan entre la “visita de los inspectores” y la “gran obra pública”. Más de una docena de organismos tienen jurisdicción en la CMR y todos sus actores terminan organizando la “visita de los inspectores”. La sociedad mientras tanto, solo reacciona cuando tiene una cámara de televisión. Todos actúan y nadie resuelve nada, y además nadie colabora para que alguno lo haga. Se ha llegado al extremo donde un funcionario demostró no tener la menor idea de su rol ante la situación y ante el planteo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Más de lo mismo
Esta sociedad no se ha preguntado aún a quien le interesa realmente resolver el problema de la CMR. Para qué va a resolverse allí el problema si vive un alto porcentaje de los trabajadores en negro, desocupados y la síntesis de la marginalidad, conformada también por un alto porcentaje de productores en negro, además de decenas de vaciaderos clandestinos. Lo que debe tenerse en claro es que la problemática de la CMR es una fotografía del país y de nosotros como Sociedad. No es una mera casualidad que a muy pocos les interese la cuestión, y que ninguna administración, en cualquiera de sus niveles haya acertado o se haya encaminado a resolver la cuestión. La ineptitud explicaparte de la cuestión.Más aún la dirigencia hace sistemáticamente todo lo necesario, para que la solución se ubique lo más lejos posible de su quehacer.
Un efluente que se emite implica múltiples recursos que se dilapidan y cuando los flujos adquieren la dimensión que observamos, significa que las empresas están dilapidando dichos recursos en volúmenes exorbitantes. Estos recursos de algún lado salen, son tributados por la sociedad de diversos modos en forma directa o indirecta. Uno de los modos es la evasión de impuestos, otro la elusión de impuestos, y otro es la privatización de las ganancias y socialización de las perdidas o costos. En realidad todas las opciones juegan simultáneamente.
Por otro lado debemos tener claro, que en la CMR tenemos habitantes y no ciudadanos, y esta no es una diferencia menor, pues esto se traduce en menores costos, menores exigencias de atención, y además una menor visibilidad por parte de los ciudadanos de la urbe.Es decir un habitante de la CMR tiene menores grados de libertad, en relación a un ciudadano, todo lo cual se traduce en recursos cuya administración es más sencilla y controlable.
A partir de lo aquí expresado podríamos concluir o concebir a las empresas de la CMR, como actores no éticos o proveedores de bienes y servicios, cuyas conductas son desleales, dado que acceden a los mercados con costos y precios sensiblemente menores, pues las empresas estarían realizando, entre otras maniobras, dumping social y dumping ambiental.
Indudablemente los mercados van a reaccionar y el escenario no deseado se va a verificar, es decir las empresas deberán cerrar sus puertas o reconvertirse, para poder seguir operando y accediendo a los mercados, todo lo cual implicará o se traducirá en que muchas familias se queden sin sustento al ser despedidos los trabajadores. Esto independientemente de cuan poderosas sean las empresas en el orden local.
La sociedad padecerá inevitablemente las consecuencias por partida doble, pues por un lado sufrirá la pérdida de puestos de trabajo, y por otro lado sufrirá las consecuencias de una intolerable contaminación de su hábitat. Es decir el argumento esgrimido por la dirigencia en general, centrado en la necesidad de tolerar la contaminación con el objeto de preservar los puestos de trabajo, se revelará como lo que es, una falacia insostenible.
Como podemos observar la problemática es compleja y la solución también es compleja, pues por un lado se requiere un acuerdo político de todos los actores y factores de poder y por otro lado tener claro que tal solución afecta a un modelo de producción y un modo de hacer negocios. La solución tendrá implicancias de todo tipo que excederán el ámbito de la CMR. Hasta ahora el Estado ha fracasado. ¿Podrán los actores privados asumir su rol y encaminar una solución mediante el uso de otras herramientas?.
(*) Ingeniero, presidente de la Comisión de Higiene y Seguridad en el Trabajo y Medio Ambiente del Consejo Profesional de Ingeniería Industrial.