DESARROLLO SOSTENIBLE Y COMUNICACIÓN: EL RÍO DE LA PLATA: EL DÍA QUE ME QUIERAS

lunes, 22 de noviembre de 2010

EL RÍO DE LA PLATA: EL DÍA QUE ME QUIERAS

La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires

sanciona con fuerza de Ley

Artículo 1º.- Institúyese el día 19 de noviembre de cada año como el "Día del Río de la Plata".

Artículo 2°.- El Poder Ejecutivo organizará todos los años en esa fecha diferentes actividades en conmemoración del aniversario de la firma del Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo entre la República Argentina y la República Oriental del Uruguay.

Artículo 3°.- Los gastos que se deriven de la organización de las actividades del artículo precedente, serán devengados de la partida presupuestaria correspondiente.

Artículo 4°.- Comuníquese, etc.

SANTIAGO DE ESTRADA

ALICIA BELLO

LEY N° 2.119

Sanción: 19/10/2006

Promulgación: Decreto Nº 1.930/006 del 13/11/2006

Publicación: BOCBA N° 2568 del 17/11/2006

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“En el país hay pena de muerte”

Fragmentos destacados del reportaje a ELÍAS NEUMAN, realizado por Magdalena Ruiz Guiñazú. (publicado en Perfil 29/09/09)

El prestigioso investigador de criminalística subraya que la violencia social no es solamente la que sufre la clase media, denuncia el alcance del “gatillo fácil” y advierte que hay víctimas que pueden “colaborar” con el crimen que sufren.

(Refiriéndose al caso Pomar) Yo diría que es un caso inédito. Al menos no recuerdo un hecho de estas características. En cuanto a los jóvenes que usted mencionaba (los menores delicuentes)… es ya un problema social que, obviamente, requiere ideas claras en materia de política criminológica. Sin dudas, los chicos tienen una suerte de violencia formidable, pero también tendríamos que decir que ellos encontraron el mundo hecho de esta manera. Y a esto habría que agregarle algo ante lo que justamente la clase media da vuelta la cara. Mire, así como existe actualmente un tipo de delito increíblemente dramático en el que víctima y victimario se encuentran, yo me atrevería a decir que son delitos vis-à-vis en los que se sufre y se muere.

...¡Pero cuidado! cuando hablamos de violencia social no podemos referirnos solamente a lo que le ocurre a la clase media que, insisto, es muy dramático. También tenemos que referirnos a algo que aparentemente no aparece como delito, pero que se refiere a “los de abajo”. Y los de abajo tienen sobre sí el hambre, la subnutrición (que trae consigo una cantidad de enfermedades y muertes), falta de educación, falta de una vivienda digna… En fin, viven también una invasión de inseguridad absoluta.

... el liberalismo nos ha traído una nueva figura que es el excluido social. Claro, al capital financiero o, si prefiere, al capitalismo que rige el mercado ¿por qué pueden interesarle estas personas? Cuando existía un capitalismo industrial no era así porque eran una suerte de eslabón de la producción. Hoy, esas personas no interesan. Incluso cabría hacer algo que no he visto ni en la docencia ni en los medios periodísticos. Me refiero a definir (si es posible) la democracia neoliberal. Hablamos muy alegremente de democracia pero, cuidado. La democracia no es simplemente formal. La redistribución de la riqueza, lo que se denomina generalmente justicia social, hoy en día es inherente a la democracia que respeta los derechos humanos. Y eso no ocurre en estos tiempos. Mire, yo siempre estoy martillando sobre la idea de que una forma de prevenir el delito es lograr el pleno empleo. Le aclaro: hablo de pleno empleo por la dignidad que significa el trabajo y no es un invento. Esto se ha hecho en otros países y, por lógica, disminuye el delito. Por supuesto que, cuando hablamos de pleno empleo, nos referimos a un trabajo regular.

... Y también cuando hablamos de políticas criminológicas deberíamos comenzar por la infancia de los chicos. Esos chicos que se crían en la calle. Nosotros tenemos algunos sitios espectaculares que hasta vienen a estudiar desde el exterior. Por ejemplo, hogares como Pelota de Trapo en Avellaneda.

...De todas maneras, para trabajar en estas cosas se requiere gente con un cierto calibre humano. Gente que, además de saber, tenga un sentido social intenso para favorecer al prójimo.

... Yo empezaría desde ya por los jóvenes, pero especialmente por los menores transgresores que no deben ir a ese tipo de reformatorio que termina siendo un de-formatorio. Son lugares terribles. Hay que verlos para entender lo que significa estar allí.

... hay una experiencia fenomenal que incluso he filmado. En Esquel, en Chubut. Allí hubo, durante años y años, una alcaldía para menores de tipo policial... El hacinamiento era algo terrible. Una verdadera pocilga. Sin embargo, hubo una jueza, la doctora Teresa González, que produjo un hecho formidable. ... intimó al Tribunal Superior apoyándose en la Constitución Nacional y en la vigencia de los derechos humanos, a que trasladaran a esos chicos (que estaban bajo su jurisdicción) a un lugar decente. En caso contrario, la jueza anunció que los iba a dejar en libertad. Pocas veces se ve a un juez haciendo algo así. Le diré que, desgraciadamente, también hay que rever el tema judicial en cuanto a que los jueces para militar en un Poder Judicial “ordenan”. No “solicitan”. Creo que con estas dos palabras estoy explicando una cantidad de cosas que ocurren con los jueces. Es importante recordar que los jueces “ordenan” y ordenan a cualquier Poder. Tambien por el delito de desobediencia.

...aún antes de que existiera la Constitución Nacional, aquello de que “las cárceles serán sanas y limpias” ya figuraba en las leyes españolas, luego pasaron al Primer Triunvirato, al Pacto Federal, etc. Y hoy seguimos con el artículo 18 que, incluso, tiene un lenguaje bastante vetusto, aún cuando ocurrió la reforma de 1994. Siempre se habló de “cárceles sanas y limpias”.

...lo que hizo aquella jueza en Esquel al ordenar cerrar ese depósito terrible de seres humanos conviviendo en una suciedad inaceptable era absolutamente correcto. Repartió a los chicos en distintos establecimientos y hay un proyecto de un Hogar para chicos mapuches. A fuerza de viajar, he perdido contacto con ellos. Espero que lo hayan logrado.

Sobre el tema de bajar la edad de imputabilidad de los menores, la tolerancia cero y la pena de muerte

...en general creo que hay que tener mucho cuidado con estas cosas. Porque, en verdad, de lo que se trata es de las ideas de “mano dura” y “cero tolerancia”. Realmente, ¿qué es lo que se pretende bajando la edad? ¿Reprimir para disuadir? En nuestro país tenemos un ejemplo muy claro. En el país hay pena de muerte. Sólo que no es judicial. Es una pena de muerte extra-judicial que la gente ha dado en llamar “gatillo fácil”. Cuidado, en las cárceles también muere muchísima gente. He hecho una investigación al respecto y también, yendo a las cárceles, me he ocupado de preguntarles a los presos, gente de la “pesada”, posibles recipiendarios de las balas policiales, ¿qué es lo que piensan al respecto?

En mi cátedra hicimos el siguiente experimento: fuimos seis personas a distintos establecimientos carcelarios de Capital y de Provincia de Buenos Aires y pocas veces he observado tanta unanimidad. Le voy a relatar las respuestas usando el lenguaje de los presos. Ellos dijeron lo siguiente: “Antes cuando salíamos a hacer ‘un trabajo’ y ‘perdíamos’, nos ‘encanutaban’. Ahora, la Policía sale de ‘fierros’ y nosotros también”. Vale decir, por eso mueren también policías. Por eso se ha establecido esta guerra. ¿Dónde se ha visto que policías y delincuentes se maten unos a otros de esta manera? Para colmo, la Policía se tiene que identificar siempre, así le estén apuntando cuatro tipos. Es cumplir con el reglamento, pero es también perder la vida. Y digo esto porque estoy absolutamente seguro de que las penas mayores, las no excarcelaciones, los estiramientos de la imputabilidad hacia abajo no disuaden. Fundamentalmente, y no es la primera vez que lo digo, me parece bastante gráfico añadir que “quien delinque no va con el Código Penal debajo del brazo”.

...tendríamos que remontarnos un poco en el tiempo y decir que cuando en nuestro país se institucionaliza la democracia en 1983, se recibe a una Policía que, en parte, fue el brazo más activo de la dictadura. Y se la recibe sin beneficio de inventario. En otros países, por ejemplo en España, después del franquismo el entonces presidente Adolfo Suárez decidió enviar a todos los sitios como el País Vasco o Cataluña un memorando que invitaba a crear una Policía para la democracia. No se puede hablar de democracia si no se tiene una Policía de la democracia. Es un control social de la Justicia de una importancia extrema. Entonces, si usted toma una Policía como la de Camps sin un cambio ideológico o estructural, parecería que aquí sólo ponemos parches y si usted no tiene muy bien pensado todo eso terminará teniendo una Policia cuyos negocios (como desarmaderos de automóviles) quisiera conocer realmente. Sobre todo me refiero al desguace de automóviles.

Acerca de la formación que tienen los miembros del Servicio Penitenciario Nacional

...se habla mucho de readaptación social, pero la gente que está en inmediación con los presos, es decir los custodios, del otro lado de las rejas, digamos los presos del preso… son de la misma extracción social que los presos. Pero hay un hecho mucho más serio: ¿por qué el Servicio Penitenciario es paramilitar? ¿O criptomilitar? Yo por lo menos registro cuatro países: Cuba, Egipto, Chile (allí se llama Gendarmería Nacional) y Argentina. Si hay algo que el preso odia es el uniforme y le digo más: el preso sigue llamando a ese personal como a la Policía: “la yuta”, “los ratis”. Entonces, uno no se explica cómo se puede hablar de readaptación con gente (y por supuesto que esto ocurre con otros organismos uniformados) que forman organismos corporativos. No se explica. Yo lo he denunciado hace ya mucho. Lo he mencionado en algunos de mis libros, pero no he logrado nada. Además tienen una nomenclatura como sub coadjutor, etc., que ni sé si es castellano. A mí me parece que es necesario que se proceda de otra manera en el trato con los reclusos.

Sobre la formación de la Policía

En primer término la Policía “tendría” que profesar un concepto muy lleno, muy cabal de los derechos humanos. Cuando recién hablaba de España, recordé que he dado clase de Criminología en el País Vasco, también para la Policía vasca. En aquel momento, no solamente estaba la ETA sino también el GRAPO, que era otra institución similar. Yo viajaba constantemente al Instituto Vasco de Bilbao o de otras ciudades y era muy impactante ver, en un anfiteatro, a oficiales uniformados que, incluso, saludaban golpeando los talones. Una vez, a mí se me ocurrió tocar el tema de por qué motivo tortura la Policía Y con cierta ligereza no advertí que todas las Policías están cortadas con la misma tijera. A medida que avanzaba en el tema, observé que la gente se iba de la sala y quien me presentó, Antonio Beristain y Piña me dijo al oído: “Elías, continúa!” y al final de la clase añadió: “Elías, lo importante son los que se quedaron”. Es decir, la mitad de la sala. En fin…Luego ocurrió algo notable. Pasaron dos años y vuelvo a dictar una clase en el mismo anfiteatro del Instituto Vasco de Bilbao. Cuando terminé de hablar, me esperaba un grupo de policías que me dijo lo siguiente: “Doctor, queríamos pedirle disculpas porque fuimos nosotros los que nos retiramos de su clase dos años atrás. Pero, en verdad, hoy hemos comprendido una cantidad de cosas a través de cursos como el suyo”. Usted me dirá ¿qué ocurre en este caso? Bueno, el cambio se produce desde adentro de la Policía. ¿Y por qué? Pues porque, en España, Policía para la democracia está integrada por jueces y por hombres que, en el País Vasco, tienen también las cofradías que los unen. Fue una verdadera devolución. “Nunca habíamos hablado con los jueces”, me dijeron. “Nunca con psicólogos dedicados a estas disciplinas. Tenemos la ETA enfrente, pero ahora comprendemos muchas cosas”. Y le he contado todo esto porque también ocurre en otras ciudades de España como Madrid. Por lo tanto es posible. Fíjese: Policía para la democracia, jueces para la democracia, ejecución penal para la democracia y hasta periodismo. Y cada provincia toma de este esquema lo que quiere y lo desarrolla. Pero, y esto es importante, desde adentro. Tampoco le voy a negar que pocas veces se advierte tanta vocación como en la Policía. Realmente quieren a la institución. Pero hay que abrirles los ojos para que coayuden desde abajo para modificar las cosas. Y no es con cesantías y reemplazos de autoridades como vamos a solucionar todo esto. Por lo menos es mi criterio y el ejemplo de España que yo he presenciado me parece muy válido. Pero, insisto, el cambio ideológico debe darse desde adentro. A veces pienso que lo que se ha producido aquí, en nuestro país, es una suerte de guiño entre los políticos en funciones y la Policía.

El guiño consiste en decir: “Señores, hay que venir aquí por un tema de control social, porque la gente protesta y porque ustedes tienen que estar y jugarse”. La metodología se ha dado hasta tal punto que le costó la presidencia a alguien. Y seguimos en todo el país con apaleamientos y muertes. Y se trata del derecho de protesta que, nos guste o no, está en la Constitución Nacional y es digno de respetarse. La Policía no puede actuar de la manera en que lo sigue haciendo. Lo que pasa es que sigue siendo la misma Policía.

Sobre la tenencia de armas en el escenario familiar y el rol de la víctima

...quien tiene un arma fantasea con ella. Es decir, con la próxima vez… La tenga en la guantera del auto o bajo la almohada. Quien tiene un arma, repito, evidentemente fantasea con usarla y crea una nueva formulación de violencia retenida hasta que se presenta la oportunidad. El hecho de mi militancia en la Victimología (que no es una ciencia, pero es un brazo importante de la Criminología) me hace saber que el rol de la víctima en el delito suele ser importante. Y cuando hablamos del rol de la víctima en el delito decimos que existen víctimas “normales”, “rogatorias” como en la eutanasia o coadyuvantes, colaboradoras.

...la víctima que insulta a quien la ataca, que no entrega el automóvil, que no preserva su vida en esos momentos, bueno, coadyuva con el crimen. No estoy diciendo de ninguna manera que la víctima está contenta con su papel. No. Nada de eso. La víctima tiene que privilegiar su vida. Y con esto hay que hacer una campaña muy seria. En Francia y en Bélgica la norma es: “Si usted es asaltado o atacado, privilegie su vida”. Yo fui asaltado, saliendo de la Facultad de Derecho, en la Plaza Francia. Cometí el error victimal de salir corriendo y cruzar la Plaza. Vino un muchacho y me apoyó una 38 en el pecho y dijo: “Dame todo lo que tenés”. Me dije, entonces, voy a poner en práctica lo que enseño en la clase y, sin mirarlo (a ellos no les gusta que los miren porque los reconocen luego), le dije: “Tengo la billetera en el bolsillo interior del saco, pero la voy a sacar si usted me deja…”. Si en ese caso, la víctima mueve su mano hacia el interior del saco es seguro que le dispararán. Salvé la vida porque acepté ser víctima. Le reitero: no lo miré nunca. Y cuando se fue… bueno, me temblaban las rodillas como el bandoneón de Troilo. Pero privilegié mi vida y la salvé

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EL RÍO DE LA PLATA: EL DÍA QUE ME QUIERAS

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