DESARROLLO SOSTENIBLE Y COMUNICACIÓN
lunes, 28 de abril de 2014
QUIEN QUIERA OÍR QUE OIGA
domingo, 7 de abril de 2013
LA TORMENTA PERFECTA
martes, 1 de mayo de 2012
SOBRE MODELOS Y LECCIONES PARA APRENDER
En enero de 2000, la rotura de
un ducto de Petrobras ocasionó el derrame de algo más de un millón de litros
de crudo en la bella Bahía de Guanabara en Río de Janeiro. Seis meses
después, en julio de 2000, un importante derrame de alrededor de 4 millones
de litros de crudo, se desencadenó sobre la cuenca del Río Iguazú amenazando
con llegar a las mismas Cataratas que brasileños y argentinos compartimos
sobre el mencionado río. El episodio llevó más de 10 días para ser controlado
y se originó en un desperfecto en la refinería Getulio Vargas de Petrobras,
ubicada en la ciudad de Araucaria. El dato es que un tiempo antes de esta
catástrofe, la misma Refinería había sido impulsada para recibir el Premio
Nacional a la Calidad, por su performance en el cuidado ambiental. El estado brasileño aplicó entonces una multa de 56 millones de
dólares a Petrobras, pero ello no impidió que la empresa se sumergiera en una
fuerte discusión interna que la llevó a profesionalizar aún más su management.
Opte por un modelo de gestión u otro, la nueva
YPF no puede correr el riesgo de perder el gran capital con el que nace: el
de una marca muy querida por los argentinos (por eso Repsol no pudo quitar a
YPF como imagen de marca de sus estaciones de servicios en la Argentina).
Pero atención que aquello que costó muchos años conquistar, puede perderse en
segundos y una vez roto ese contrato social, no se restablece fácilmente.
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EL VALOR DE LAS ACCIONES DE REPSOL Y EL PASIVO AMBIENTAL
domingo, 29 de enero de 2012
HIPOCRESÍAS DEL ECOLOGISMO COOL
Por Gustavo Márquez
La agitación de las aguas mediáticas y sociales en torno a la actividad minera, reclama abrir las distintas capas de análisis que puedan encontrarse en ese otro gran yacimiento que es el de la opinión pública. Tal vez el que más importe a buena parte de los actores en juego. La batalla por ganar para cada uno de los sectores en pugna, es la de “qué piensa la gente”. Y la gente arma sus juicios de valor, con la información de la que dispone, que en la mayoría de los casos es insuficiente y además extremadamente sesgada. No es de extrañar siguiendo el razonamiento, que menos que juicios de valor, lo que se forma en el común de las personas son prejuicios. Cómo entender si no, que se abrume desde el discurso único de la agitación ambientalista con conceptos instalados que lejos de ser leyes indiscutibles, son precisamente prejuicios, a saber:
-“La minería consume agua que pone en riesgo la provisión de ese vital elemento natural para las poblaciones circundantes a esos emprendimientos”. Error, contesta el ingeniero Néstor Cevinelli, de la Universidad Nacional de San Juán (Diario Tiempo Argentino del 29-01-2012, pág. 6): “los tres proyectos mineros de Gualcamayo, Veladero y Casposo de mediana envergadura, consumen el 0,8% del agua de toda la provincia de San Juan y equivalen a las necesidades de riego de una explotación de 80 hectáreas de parrales para producir vino”. Para el lector interesado, aportamos otro dato de consumo hídrico: en su época de máxima producción y derroche de consumo de agua, la Curtiembre Yoma ubicada en Chilecito –La Rioja-, muy cerca de la conflictiva y mediática Famatina, aplicaba a su proceso productivo 7 millones de litros de agua por día a mediados de la década de los 90 (datos suministrados a quien escribe por profesionales que trabajaron en dicho establecimiento y que por razones de resguardo de fuentes se mantienen en reserva)
- “Los glaciares andinos son los mayores tanques de agua de la Argentina” (muy utilizado por Fernando Solanas en sus continuas diatribas ambientales) Falso: el mayor tanque de agua de la Argentina, atendiendo a la cantidad de población que se sirve del mismo es el Río de la Plata y sus tributarios el Paraná y Uruguay, que registran fuerte presencia de fósforo y otros contaminantes derivados de la agricultura (Fte.:Análisis de Diagnostico Transfronterizo del Proyecto de Protección Ambiental del Río de la Plata y su Frente Marítimo –FREPLATA- www.freplata.org). Cabe agregar que según el mismo ingeniero Cevinelli, “la agricultura contamina 560 veces más que la minería” (Diario Tiempo Argentino del 29-01-2012, pág. 6)
-“Podemos prescindir del oro pero no del agua”. Sofisma utilizado por la diputada Victoria Donda, cuya premisa es falsa de inicio (por eso la conclusión es un sofisma), ya que el oro no es el único metal que motiva a los emprendimientos mineros. Buena parte de esos emprendimientos mineros andinos se propone la explotación de un nuevo paradigma, el de las Tierras Raras. Esta categoría comprende a un conjunto de minerales que paradojalmente se aplican a la fabricación de productos ecológicos, como el auto híbrido japonés Prius, que según Miguel Grimberg (Diario Tiempo Argentino, 29/01/2012, pág. 26) “en cada unidad emplea 30 kilos de Tierras Raras”, o el caso también citado por Grimberg “de los imanes de alta potencia de las turbinas eólicas”, tan apreciadas y propagandizadas por la multinacional ambientalista Greenpeace. Muchas de esas turbinas eólicas, como las que fabrica el grupo Pescarmona en Mendoza, necesitan de vitales componentes de Tierras Raras, para funcionar y llenar de regocijo a los militantes verdes.
Podría citarse también el caso del litio, que es esencial para la industria de la telefonía celular por su presencia en las baterías de los dispositivos móviles, pero también en las pilas y baterías de computadoras personales y por si no se sabe… en los marcapasos.
Desinstalar los prejuicios no invalida reconocer en la minería una actividad cuyo potencial contaminante debe regularse y controlarse con la ley en la mano, pero no más ni menos que otras actividades productivas como el curtido de cueros, la agricultura, la ganadería, la actividad avícola y hasta el turismo que no por carecer de chimeneas deja de ser también un potencial impacto negativo para los ecosistemas.
Finalmente cabe darles la bienvenida al sector ambiental a tantas vacas sagradas del periodismo criollo que tras cubrir los escándalos de la farándula veraniega, abordan con tanta profundidad y solidez una agenda tan importante como la ambiental, sabiendo que el papel sobre el que vuelcan sus pontificias opiniones proviene de los bosques de Júpiter y que no hay ningún interés cruzado de esos grupos comunicacionales con actividades contaminantes. Podemos dormir tranquilos, estamos en buenas manos y sabemos que vamos ganando la batalla, ¿no Chiche?
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viernes, 1 de julio de 2011
HACE FALTA UNA SÍNTESIS Y UNA BURGUESÍA QUE LA IMPULSE
La era está pariendo un corazón,
no puede más,
se muere de dolor
y hay que acudir corriendo
pues se cae el porvenir
en cualquier selva del mundo,
en cualquier calle…
Por Gustavo Márquez
Los Indignados españoles, parecen personajes de una obra maestra de Norman Mailer o Truman Capote, esos talentos del nuevo periodismo que alguna vez nos enseñaron que el relato puede construirse en un delgado hilo, que se teje entre continuos saltos adelante y hacia atrás. Madrid y Atenas, abren sus calles para que la protesta popular se extienda como un fluido vital, entre esas venas abiertas que las sociedades española y griega muestran al mundo. Para algunos argentinos, esas imágenes solo remiten a calles que tienen el encanto del turismo hacia Las Cibeles o el Partenón. Para otros argentinos, esas imágenes representan una familiaridad con un pasado de hace una década en otras calles y lugares de la Argentina, que hoy son disfrutados por turistas de todo el mundo y donde hace 10 años dejaron sus vidas 37 argentinos reprimidos por el gobierno de Fernando de la Rúa. Nuevamente los maestros del relato periodístico novelado, nos enseñan que esos saltos atrás, pueden tranquilamente ser un salto adelante. ¿Para dónde quiere ir la sociedad argentina? Cómo en las complejas fórmulas algebraicas hay que empezar por despejar los signos del polinomio y entonces llegar más tranquilos al resultado final.
La ausencia de burguesías nacionales
Ni España ni Grecia son países industrializados. Tal como lo indica su propia historia, España fue incapaz de traducir el oro de sus colonias en un puente que le permitiera entrar en la modernidad capitalista. Esos capitales migraron de España a Inglaterra para ser con posterioridad la razón de ser de la burguesía que impulsaría la Revolución Industrial. Previo a ello, hubo un cambio de paradigma energético de lo contrario la máquina a vapor no hubiera tenido alimento del cual nutrir a toda una actividad industrial y una nueva sociedad que se formó a su impulso. El carbón vegetal fue reemplazado por el coque, llegando así al vapor y de éste al petróleo. La sociedad occidental tuvo en la burguesía al nervio motor ya sea en la Florencia renacentista, la Londres metrópolis del parto financiero o las urbes alemanas que rápidamente pasaron a procesar acero. El mundo fue otro en poco tiempo. España, esa potente colonizadora de ultramar, se había privado de cambiar sus paradigmas y abortó a su burguesía transformándola en un nonato por el que hoy paga un alto precio. La España de la burbuja inmobiliaria alimentada por igual por socialistas felipistas y populares de José María Aznar, se encontró un día frente a un espejo que le devolvió su real dimensión.
Y POR ACÁ…
El primer peronismo y algunos retazos frondicistas no alcanzaron para entramar una burguesía como la que sí construyó Brasil a partir de Getulio Vargas. Nada más que en 7 años (2003 al 2010), Argentina comprobó en carne propia que el proceso de industrializar un país no es una quimera pero requiere continuidad de visiones y de políticas. Los números hablan en forma contundente: la participación de los trabajadores en el PBI es recién ahora la misma que encontró Héctor J. Cámpora al asumir el poder en 1973. En 1976, antes de la dictadura militar, la Unión Obrera Metalúrgica tenía 500 mil afiliados; a la salida del menemismo sólo había 75 mil afiliados al mismo gremio y en 2011 la UOM tiene 300 mil afiliados. Con un detalle de lectura fina que merece hacerse: estos 300 mil afiliados metalúrgicos de hoy equivalen a más del doble de aquel medio millón del 76, dado que el natural proceso de incorporación de tecnologías es claramente expulsivo de mano de obra. Durante los 90 las escuelas técnicas (incubadas durante aquel primer peronismo de los 40 a 50), fueron devastadas y ni hablar de cómo se comportó la matrícula en las distintas ramas de las facultades de ingeniería, al punto que es un lugar común escuchar en el sector productivo, la demanda insatisfecha de ingenieros capacitados y con experiencia para los retos que plantea una economía en expansión con tasas chinas de crecimiento. El propio Néstor Kirchner ponía nombre propio a este proceso con un continente al que le falta aún parte del contenido. El continente es ese “capitalismo nacional” del que hablaba Kirchner y parte de ese contenido faltante es nada menos que uno de los grandes protagonistas: la burguesía nacional.
TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A …
En los albores de la Eco Cumbre de Rio en 1992, Naciones Unidas convocó a un grupo multisectorial de empresarios y emprendedores para analizar lo que luego sería el célebre Informe Brundtland que paralelamente y no en forma casual, generaría en el mundo económico la aparición de un libro que sintetizaba una declaración de principios como sugestivamente lo indica su título: Cambiando el Rumbo. Había nacido el concepto del Desarrollo Sustentable.
Duro es reconocer que la Argentina de hoy todavía no atravesó la puerta de la modernidad al carecer de burguesía nacional; no atravesó tampoco la puerta que la deposita en el camino del Desarrollo Sustentable, aunque ha recuperado terreno en los rudimentos de un perfil de país con industrias y en camino a la industrialización
Parir una síntesis no es cosa de todos los días en la historia de un país. Es preciso que coincidan varios factores y que un hilo conductor, un factor aglutinador, se ocupe de articular actuando como una ola sobre la cual esos factores puedan surfear. Es evidente que al igual que en otras etapas de nuestra historia como en el primer peronismo; en el 73 con el retorno de la democracia, o 10 años después con el triunfo alfonsinista y la definitiva vuelta a la normalidad institucional, ahora también están dadas las condiciones para realizar una gran síntesis que permita estructurar un proyecto que a los objetivos clásicos del industrialismo, le sume los principios de la sustentabilidad del informe Brundtland; y el alerta que pensadores como el mismo Jeremy Rifkin, trazan al hablar de los límites que el desarrollo económico tiene, si se toman los principios de la Ley de la Termodinámica, sobre todo el segundo que establece que “la energía total del universo es constante y la entropía total aumenta continuamente”. Los procesos industriales se basan en una transformación de la energía, el petróleo es hoy la base de esa transformación de los restos fósiles en combustibles que mueven casi todo lo que tenemos y ocurre a nuestro alrededor. Cuando transformamos la energía, se pierde parte de lo disponible para producir un trabajo útil y esta cantidad perdida es lo que el físico alemán Rudolf Clausius llamó entropía. Según Rifkin, la aplicación inexorable de la segunda Ley de la Termodinámica es lo que explica, por ejemplo, el colapso de una civilización basada en el paradigma hidráulico, como lo era el Imperio Romano y por extensión puede trasladarse el mismo esquema de insustentabilidad a la actual civilización apoyada casi excluyentemente en el paradigma del petróleo. La síntesis debe tener en cuenta esa hipótesis real: el crack de una economía basada en una matriz energética perimida y además dañina para la salud de los ecosistemas. Frederick Soddy, premio Nobel de Química, afirma que las Leyes de la Termodinámica deciden en última instancia el ascenso y la caída de sistemas políticos, la libertad o exclavitud de pueblos, los movimienos del comercio y de la industria, el origen de la riqueza y de la pobreza y el bienestar material de la humanidad en general.
¿Cuánta agua, aire y tierra hay en cada tonelada de comoditis agrícolas exportados? La síntesis demanda estar a tono con una nueva era y más que parir un corazón, debemos iluminar la inteligencia.
jueves, 24 de marzo de 2011
LA AGENDA AMBIENTAL PERFORÓ LA AGENDA POLÍTICA, ¿PERFORARÁ TAMBIÉN LA AGENDA ELECTORAL?
Por Gustavo Márquez
La pregunta que titula esta columna no es menor y su respuesta conduce a un lugar en el que peligrosamente, el sistema partidario necesita de una amplificación mediática. LAS FUERZAS POLÍTICAS SE HACEN ALTAMENTE DEPENDIENTES DE LOS GRANDES MEDIOS. Es lo que experimentó Proyecto Sur en las últimas elecciones a legisladores en la Ciudad de Buenos Aires. Aprovechando el malhumor social a raíz del enfrentamiento entre el gobierno nacional y la hoy extinta Mesa de Enlace, las huestes de Pino Solanas cabalgaron sobre esa grieta de la opinión pública porteña, instalando temas que paradójicamente no corresponden al territorio de la CABA: Minería y Glaciares; sojización y monocultivo; extranjerización de la tierra; defensa de los recursos estratégicos como el agua y los hidrocarburos, entre los más destacados. Son ejes sobre los que el discurso político impactó de lleno, luego de que los medios se encargaran de “sensibilizar” a la opinión pública para que se pronunciara electoralmente. La combinación fue potente y significó por ejemplo, el ocaso de Elisa Carrió como referente de la Capital y un serio llamado de atención al macrismo que no tiene en la política ambiental a uno de sus puntos fuertes, más bien todo lo contrario. A menos claro, que se piense que las artificiales playas “amarillas” que balconean el Río de la Plata, sean la expresión más excelsa de la política ambiental porteña, cosa que probablemente sea cierta. Balcones casi VIP, sobre un Río al que no se puede ingresar sin el riesgo de poner en serio peligro la epidermis y los intestinos de los aventurados balñeantes.
AMBIENTE, POLÍTICA Y ELECCIONES
Así como el conflicto con Uruguay por la instalación de la pastera UPM-Botnia y el Fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre el Matanza-Riachuelo, marcaron el ingreso de lo ambiental a la agenda política, es probable que algunos asesores de imagen y estrategas de campaña se interroguen sobre cuál sería el disparador ecológico que pueda ayudar a mejorar el desempeño electoral de un candidato. Esa percepción tan superficial equivaldría a sólo depender de una catástrofe que pueda torcer el rumbo (en el caso de la oposición) o de la ausencia de esa catástrofe que permita seguir haciendo la plancha (en el caso de los gobiernos, ya que sabido es que lo ambiental impacta primero en los gobiernos locales y luego en el nacional). Cualquiera de esas visiones es errónea ya que ignora la presencia de un actor clave en la política de hoy: la juventud y su clara preocupación por los temas ambientales. Estos últimos, son de los pocos aspectos de la política donde se observa una brecha generacional importante, basta observar encuestas de insospechada seriedad (realizadas por el ámbito académico y parte del tercer sector -ONG´s-), para advertir que los jóvenes tienen otra mirada que sus mayores sobre cuestiones como la disponibilidad de agua; la contaminación del aire; la degradación de la tierra; la disposición final de los residuos; la orientación del consumo hacia parámetros sustentables; etc. Ese es uno de los grandes desafíos para las fuerzas políticas que se proponen llegar al poder para transformar la realidad. Una realidad que además presenta algunas llaves clave en el marco de la contradicción desarrollo-deterioro ambiental y social:
· A más producción, más generación de residuos peligrosos…
· A más producción, más utilización de recursos naturales y demanda de energía (cuya curva ascendente impacta en el cambio climático, si se utiliza la matriz actual basada en el uso de combustibles fósiles)
· A más consumo, más generación de residuos domiciliarios
· A más desarrollo,… ¿menos calidad ambiental?
El debate político se enriquece con la incorporación de estos temas, que tal como alguna vez lo dijo Al Gore, “son el cimiento de la Tercera Revolución Industrial”.
QUIÉNES MARCAN AGENDA EN CADA FUERZA POLÍTICA
Históricamente, los partidos políticos argentinos han contado con sus equipos técnicos desde los cuáles salieran las plataformas electorales y luego algunos cuadros de gobierno. Energía, relaciones internacionales, economía, obras públicas, educación, justicia, defensa, han sido las áreas de desarrollo preponderantes en este contexto. Los paradigmas clásicos de desarrollo, industrialización y la visión de los recursos naturales como fuentes inagotables para las dos categorías anteriores, entraron en crisis ya en la década de los 70, pero los países de la región estaban cruzados por dictaduras primero y después, por la pesada carga de la deuda externa y la exclusión social que dominaron la escena de los 80 y 90. Esto explica por qué la región de la UNASUR tiene un retraso de 20 años en su política ambiental. La Argentina está reingresando y con mucho esfuerzo en el consenso social de que la industria es un pilar indispensable del crecimiento y que éste no siempre es sinónimo de desarrollo. Estar en el camino franco del Desarrollo, significa que toda la sociedad reciba los beneficios del crecimiento y que todo ello sea en un marco del equilibrio territorial, sin perder la visión estratégica de la importancia de los recursos naturales y la presión que sobre ellos genera inexorablemente el desarrollo. A esto debe agregarse el escenario internacional donde sólo existen intereses y no amistades. Ese es el paradigma de la sustentabilidad, que por cierto es bien distinto del que planteara Anne Kruegger, mandamás del Fondo Monetario Internacional, a comienzos de la década pasada y que en coincidencia con el default argentino, planteaba que hay países inviables (el nuestro por ejemplo), a los que había que estrangular ejemplificadoramente. Esta versión de la sustentabilidad se basa en la certidumbre de que los cementerios no devuelven los préstamos. La sustentabilidad verdadera, es la que nuestro país ha emprendido con muchísimas lecciones para aprender y en donde la variable ambiental aún es una deuda pendiente, pero no con el FMI, es una deuda con los argentinos.