Cuando percibas que hace falta la comunicación, tal vez sea tarde para hacerlo


NOVEDAD EDITORIAL

martes, 1 de mayo de 2012

SOBRE MODELOS Y LECCIONES PARA APRENDER


Por Gustavo Márquez

En el mundo hipercomunicado de hoy, la variable ambiental puede funcionar como una válvula de escape para descomprimir, pero también puede ser el principal factor de desestabilización.  ESTA ES LA LECCIÓN QUE NO PUEDE IGNORAR “LA NUEVA YPF”
Desde que se blanqueó la iniciativa que finalmente pueda cristalizar en la expropiación de las acciones de Repsol, comenzaron a tejerse todo tipo de conjeturas sobre la “nueva YPF”. La primera cuestión que se lanzó desde diversas usinas fue la aparente dicotomía entre un presunto modelo chavista y un esquema mixto (inspirado en la gestión desarrollada en su momento por José Estenssoro). Como siempre en estos casos, se asomaron algunos sofismas que nos depositan en una falsa opción.  Valga señalar al respecto que Hugo Chávez acaba de anunciar la profundización de su alianza estratégica con China, para llegar al millón de barriles de crudo sacados de las entrañas de la cuenca del Orinoco. A esos sofistas, la vertiente boba del modelo se les escurre como agua entre las manos.  Pero más allá de esas consideraciones sobre la “nueva YPF”, se filtraron algunos datos de la realidad con los que se encontraron las avanzadas de la intervención y su cabeza de playa en la sede de Repsol/YPF en Buenos Aires.  Amén de los registros de lobistas, algunos de cuyos nombres corrieron como reguero de pólvora entre las redacciones de propios y extraños, también se sabe que hay suficientes evidencias sobre el absoluto desprecio que la alta gerencia española de la petrolera, venía manifestando respecto del área ambiental de la compañía.
Iguazú y Guanabara
Todos los datos, incluidos los que se vertieron en la columna anterior sobre el Caso Neuquén, son hasta acá parte de la solución al problema. MAÑANA MISMO, NI BIEN EL CONGRESO DÉ APROBACIÓN AL PROYECTO DE EXPROPICACIÓN ENVIADO POR EL EJECUTIVO, LA VARIABLE AMBIENTAL PUEDE ALISTARSE EN LA FILA DE LOS PROBLEMAS.
Ya que se habla de modelo y como también se sabe que Petrobras es uno de los espejos donde se miran los nuevos directivos de YPF, sería bueno desempolvar dos hechos traumáticos que padeció la petrolera brasileña con pocos meses de intervalo
En enero de 2000, la rotura de un ducto de Petrobras ocasionó el derrame de algo más de un millón de litros de crudo en la bella Bahía de Guanabara en Río de Janeiro. Seis meses después, en julio de 2000, un importante derrame de alrededor de 4 millones de litros de crudo, se desencadenó sobre la cuenca del Río Iguazú amenazando con llegar a las mismas Cataratas que brasileños y argentinos compartimos sobre el mencionado río. El episodio llevó más de 10 días para ser controlado y se originó en un desperfecto en la refinería Getulio Vargas de Petrobras, ubicada en la ciudad de Araucaria. El dato es que un tiempo antes de esta catástrofe, la misma Refinería había sido impulsada para recibir el Premio Nacional a la Calidad, por su performance en el cuidado ambiental. El estado brasileño aplicó entonces una multa de 56 millones de dólares a Petrobras, pero ello no impidió que la empresa se sumergiera en una fuerte discusión interna que la llevó a profesionalizar aún más su management.
Opte por un modelo de gestión u otro, la nueva YPF no puede correr el riesgo de perder el gran capital con el que nace: el de una marca muy querida por los argentinos (por eso Repsol no pudo quitar a YPF como imagen de marca de sus estaciones de servicios en la Argentina). Pero atención que aquello que costó muchos años conquistar, puede perderse en segundos y una vez roto ese contrato social, no se restablece fácilmente.





EL VALOR DE LAS ACCIONES DE REPSOL Y EL PASIVO AMBIENTAL



Por Gustavo Márquez 
El primer estudio realizado en la Argentina para evaluar el pasivo ambiental ocasionado por la actividad petrolera, arrojó un número que en su momento (hace 14 años) ya creaba un ruido: mil millones de dólares tomando solamente a la provincia del Neuquén.  En el estudio en cuestión, titulado “Emergencia ambiental, hidrocarburos, compensación y desarrollo sustentable en la provincia del Neuquén”, intervinieron expertos argentinos y extranjeros, sobre todo mejicanos y fue financiado por una donación de Naciones Unidas. Entre las empresas que ese informe sindica como las principales responsables del daño ambiental causado a la provincia patagónica, se menciona a la entonces Pecom (luego adquirida por Petrobras); Petrolera Argentina San Jorge y Repsol/YPF. El hecho de que el estudio fuera encomendado a un grupo de expertos de insospechada reputación y financiado por la ONU, quitó todo poder de argumentación a las entonces nerviosas cúpulas de las compañías mencionadas, una de las cuales llegó al límite de presionar y con éxito al diario Clarín, para que se silenciara a un columnista de su suplemento dominical económico, que había osado publicar la información apoyado en datos recabados entre los técnicos que habían elaborado el fatídico informe. Ello puede encontrarse rastreando la colección del diario allá por fines de 1999. Pero este caso testigo se mantuvo en el mayor de los secretos por el lobby desatado en dichas empresas, muchas de las cuales estaban en proceso de transferencia o venta, como el caso ya señalado de Pecom. En Neuquén este dato fue usado por la familia Sapag, que históricamente viene turnándose en el gobierno de la provincia, con distinta suerte. En la primera cumbre de Cambio Climático que se hizo en Buenos Aires, cuya denominación técnica responde a la nomenclatura de COP4, la provincia del Neuquén dispuso de una gran cantidad de folletos que explicaban sintéticamente este estudio financiado por la ONU (también organizadora de esa Cumbre Climática). Una sórdida guerra interna se desató en el recinto de la COP 4, ya que María Julia Alsogaray, por entonces máxima autoridad ambiental del país, habría mandado a bloquear dicha entrega de folletos, según bramaban por lo bajo los funcionarios neuquinos. Los opositores al entonces gobernador Felipe Sapag, sostenían que su estrategia consistía en ventilar este caso fronteras afuera –donde más sensiblemente corre la información hacia las cotizaciones de las acciones en las principales bolsas- y cajonear el informe puertas adentro de la provincia. Esta escena queda magníficamente retratada en las páginas del diario Río Negro del 14/09/98, donde se trata exhaustivamente el caso del fatídico estudio. Lo que no podía ocultarse mucho tiempo seguramente surgirá ahora cuando hay que poner otras cifras, los números que indiquen el valor de las acciones de una petrolera como Repsol, que en Comodoro Rivadavia solamente tendría 1.700 pozos abandonados a su propia suerte, dato que  se deslizara del informe que obra en manos del gobernador de Chubut, Martín Buzzi y que no ha podido ser desmentido por la petrolera española. Como tampoco hay opinión de las autoridades de Repsol ante la acusación formulada en su contra por Amnesty International en 2004, donde se le acusa de financiar unidades militares del Ejército de Colombia que cuentan con “relaciones comprobadas con grupos paramilitares”, como lo afirman Thomas Seifert y Klaus Werner en el Libro Negro del Petróleo.  
La doble moral que anida en el sistema financiero internacional, no acusa recibo de las causas humanitarias ni de la depredación de los recursos naturales. Solo resta esperar la segunda parte del leading case que comenzó con el estudio ambiental efectuado en Neuquén hace más de una década y observar cómo ello incide en el valor de los papeles de negocio, de una compañía a la que no le faltaron comedidos. Algunos con corona  que confunden lobby con hobby, y no saben a estas horas si tomar el primer vuelo a Buenos Aires o seguir cazando elefantes.