Por Gustavo Márquez
Lo que persiste en el fracaso, ¿es la política ambiental, o las personas que se designan al frente de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación? Pensar que la cosa se resuelve removiendo nombres, es suscribir la tésis de los funcionarios "providenciales", que aciertan con un par de pases mágicos y solucionan los problemas (el Riachuelo por ejemplo), de la mañana a la noche. Debiera por una vez pensarse que el fracaso ha sido de la política y del sistema impulsado para ejecutarla. ¿Puede enderezarse la situación de crónico deterioro ambiental de toda una extensa cuenca hídrica, que involucra a 14 jurisdicciones (Nación, Provincia de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 11 municipios), sólo con voluntarismo? La respuesta está a la vista de todos, menos de quienes quieren que nada cambie.El mismo día que se anunciaba la designación de Juan José Mussi al frente de la Secretaría de Ambiente de la Nación, propuse en mi columna de Radio del Plata, que se invirtiera el mecanismo hasta aquí aplicado en estos casos y se listara primero qué cosas hacen falta para que CAMBIE LA POLÍTICA y EL SISTEMA QUE LA CONTIENE.
Sin que se interprete como una chicana de bajo nivel, sería apropiado que los referentes de la oposición propusieran de cara a la sociedad, qué tipo de política ambiental debe aplicarse en la Argentina. Tanto reclamo que se ha hecho respecto de la necesidad de que el oficialismo dialogue con la oposición y brinde la oportunidad de debatir sobre los grandes ejes de la gestión, ¿cómo puede ser que en gran parte del arco político opositor, no se advierta ni una sola muestra de alternativa viable, para emprender una política ambiental que sea ponderada por los ciudadanos como contracara a lo ya conocido?
Será que esa alternativa es tan buena, que no se la exhibe por miedo a que sea rapidamente tomada por el oficialismo sin pago de copyright, o será que no existe...